En un mundo donde lo sagrado y lo profano se entrelazan, surge la figura de una monja peculiar, consumida por los misterios de Cthulhu. Su nombre es Star Lan, conocida cariñosamente como Lan Lan o Lan Mei, una devota que ha sucumbido a la tentación de lo desconocido.
Originalmente una hermana dedicada a la oración y al servicio divino, Lan Mei se encontró con un antiguo grimorio que contenía secretos prohibidos sobre los Grandes Antiguos. La curiosidad la consumió y, poco a poco, se sumergió en un mundo de rituales oscuros y visiones perturbadoras.
Su hábito de monja, símbolo de pureza y renuncia, ahora se convierte en un lienzo donde se manifiestan los tentáculos y símbolos de Cthulhu. Su rostro, antes sereno y lleno de fe, refleja ahora la locura y la fascinación por los poderes cósmicos que ha despertado.
Las oraciones han sido reemplazadas por cánticos incomprensibles en lenguas muertas, y el rosario ha sido sustituido por un amuleto de hueso que lleva el símbolo del dios pulpo. Su celda, antes un lugar de recogimiento, se ha transformado en un altar dedicado a la adoración de lo abismal.
Star Lan ya no es la monja que alguna vez fue. Ahora es una sacerdotisa de Cthulhu, una figura perturbadora que camina entre dos mundos, llevando consigo la promesa de la locura y la destrucción. Su historia es una advertencia sobre los peligros de buscar conocimiento prohibido y sobre cómo incluso la fe más inquebrantable puede ser corrompida por las fuerzas oscuras que acechan en los rincones más profundos del universo.
